La metodología para motivar y enseñar a los estudiantes en los procesos desarrollados en entornos virtuales ha de ser diferente de la utilizada en la enseñanza presencial –convencional.
Además de enfrentarse a un aprendizaje en solitario y autónomo el estudio a distancia es individualizado y personalizado.
Lo ideal es que se adapte a las necesidades, características e intereses personales de los estudiantes, y a su disponibilidad de tiempo, espacio, motivaciones, ritmos y estilos de aprender, por lo que la propuesta a cubrir ha de ser flexible y adaptable a estas circunstancias. Pero esta independencia tiene su vertiente negativa, la de la previsible soledad, ansiedad y angustia que puede suponer esa situación, y que el estudiante deberá superar mediante el contacto con el docente-tutor.
Es importante resaltar que la capacidad de aprender a través de esta modalidad no está desarrollada en nuestros actuales estudiantes y no se desarrollará en ellos de manera automática. Por lo tanto, debe brindarse material didáctico adecuado, facilitar diferentes vías de comunicación -entre tutores y estudiantes y estudiantes entre sí- y utilizar un entorno motivador.
A su vez, para aprender a distancia, este individuo debe poseer ciertas condiciones: